Tomas Méndez Oñó es
operador de esteras desde la década del setenta, enamorado de la profesión de manejar estos equipos, desde pequeño se siente realizado al manipular el Buldózer.
Este cespedeño con más de cincuenta años en sus costillas, no entiende en eso de renegarse al trabajo porque nunca le ha gustado que lo regañen, ni le digan que hizo una cosa mal hecha. Al trabajo no hay porque tenerle miedo, (dice Tomas) solo tienes que enfrentarlo con la mejor disposición, por trabajar nadie se muere, eso es un cuento, al contrario, sino trabajas si te vas ha morir, ¡porque¡ ¿de que vas a vivir? y como hombre pierdes una parte de tu vida y hasta tu nombre, te llaman entonces “el vago ese de la esquina”.
Yo trabajo desde que tengo uso y razón, toda mi vida en la Empresa Pecuaria del municipio y ahora en la Empresa Agropecuaria República Dominicana y siempre he cumplido a cabalidad las orientaciones de mi labor. Los años que acumulo como operador de Buldózer los he trabajado a gusto y siempre orgulloso de vivir en este pueblo, aquí nací, me críe y he aprendido a querer el pedacito que me trajo al mundo.
Convocar a las nuevas generaciones a trabajar y a echar adelante esta obra que nos da espacio para todos es mi consentimiento, es la riqueza que le puedo ofrecer al mundo, vivir sin preocupaciones, donde todos tenemos los mismos derechos, es lo mas hermoso que me pudiera pasar en la vida.
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